Editorial

La dirección es un elemento clave del sistema escolar y un factor importante que incidir  incide directamente en la calidad de la educación. Está suficientemente demostrada la conexión entre liderazgo pedagógico y escuelas eficaces. Newman, King y Yong (2000) nos proporcionan un marco para entender la mejora continua y sostenida de los centros, enfocada a los aprendizajes de los alumnos y las alumnas. Sostienen que el factor crítico es la capacidad interna de mejora, es decir, la competencia colectiva de la escuela para dar respuesta a los retos que se le presentan y gestionar los cambios de modo eficaz. La dirección es un elemento clave en el incremento de esa capacidad, para establecer una cultura de entendimiento y colaboración entre los distintos miembros de la comunidad educativa, elaborar e impulsar proyectos que generen ilusión y compromiso,  y crear equipos de trabajo coherentes con ellos. Pero la realidad es que en nuestro país, a pesar de los cambios introducidos del modelo electivo de directores de la LODE al modelo selectivo de la LOCE y la actual LOE,  carece de los necesarios atractivos para que el profesorado se presente y comprometa en el desempeño de este cargo. Por ello, consideramos necesario dignificar social, profesional y económicamente la dirección al mismo tiempo que se debe exigir una evaluación y unos resultados que inviten  a la responsabilidad que esta función lleva consigo. En las última décadas en España hemos pasado por diferentes cambios como han sido la libre designación de directores, el acceso a la dirección profesionalizada (Cuerpo de Directores), selección por parte de la Administración entre una terna de profesores presentada y elegida por el Claustro en la LOECE (1980),  el modelo electivo y participativo de la LODE (1985), la acreditación y la categoría de director en la LOPEGCE (1995),  y el  modelo selectivo de la LOCE (2002) y de la LOE (2006). Elegir o seleccionar es la primera fase del proceso, pero el éxito o el fracaso de una u otra forma de acceso, depende no sólo de quienes eligen o qué comisiones seleccionan,  sino que también viene determinado del posterior seguimiento que se haga de los proyectos de dirección presentados y de la evaluación que de los directores (bien sean elegidos o  seleccionados) se haga. Aspectos que, por cierto, han fallado en el sistema y que pueden ser también la causa de nuevos fracasos.  Por eso aquí nos postulamos por un modelo participativo y de liderazgo pedagógico compartido de la dirección escolar, en el que primen los proyectos y los resultados, la autonomía y la evaluación. ADIDE Federación con este número monográfico de nuestra revista digital, quiere contribuir al análisis, investigación  y al debate acerca de la dirección de los centros educativos, referidos a diferentes campos que son influyentes entre sí y determinan su carácter: Modelos de dirección: En Europa predomina la selección, basada en criterios profesionales, para ocupar un puesto de trabajo específico, que se considera como la culminación de la trayectoria profesional docente.  Sólo en Portugal y España, por razones históricas, se ha intentado implantar el sistema de "elección democrática", que ha sido cambiado en ambos países, en el caso de España por la LOCE y la LOE. Los criterios de selección dependen en cada país de muchos factores, principalmente del perfil del cargo, de las funciones que ha de desempeñar y del modelo de administración y gestión  de centros escolares: El modelo centralizado francés e italiano: selección funcionarial por concurso oposición. Modelo federal alemán y austriaco: Promoción funcionarial por procedimientos diferentes según los estados federales. Modelo escandinavo: selección para el liderazgo pedagógico. Modelo portugués: elección de un director no profesional. Modelo español: En las última décadas en España hemos pasado por diferentes cambios como han sido la libre designación de directores, el acceso a la dirección profesionalizada (Cuerpo de Directores), selección por parte de la Adminstración entre una terna de profesores presentada y elegida por el Claustro de la LOECE (1980),  el modelo electivo y participativo de la LODE (1985), la acreditación y la categoría de director en la LOPEGCE (1995),  y el  modelo selectivo de la LOCE (2002) y LOE (2006). Perfil del directivo: puede estar centrado en el control y gestión de recursos (perfil burocrático y administrativista) o en la dinamización pedagógica, de coordinación de equipos de profesores, de promoción de la innovación y de compromiso con el cambio (liderazgo pedagógico compartido). Rol de la dirección: ¿Es representante de la administración y/o representante de la comunidad educativa? ¿Es el "jefe" que esencialmente aplica lo ya establecido o es el impulsor y gestor de la mejora y el cambio en el centro? Capacitación específica para el cargo: Nos preguntamos ¿es necesario o no de poseer unas aptitudes, capacidades, habilidades y destrezas específicas para ejercer la función directiva? La formación para directores ¿debe ser previa o inicial al proceso de selección o puede ser posterior? ¿Se considera  necesario presentar  un proyecto de dirección? ¿Cómo debe ser la evaluación de la función directiva? ¿La evaluación de directores debe ir dirigida a evaluar los  proyectos de dirección presentados? ¿Cómo evaluamos  los resultados obtenidos? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos y con el presente número de nuestra revista intentamos responder. Esteban Martínez Lobato, Presidente de ADIDE Federación.

Medienart:

E-Artikel

Erscheinungsjahr:

2006

Erschienen:

2006

Enthalten in:

Zur Gesamtaufnahme - year:2006

Enthalten in:

Avances en Supervisión Educativa - (2006), 4

Sprache:

Spanisch

Beteiligte Personen:

Esteban Martínez Lobato [VerfasserIn]

Links:

doaj.org [kostenfrei]
avances.adide.org [kostenfrei]
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Themen:

Education
L
Special aspects of education

Förderinstitution / Projekttitel:

PPN (Katalog-ID):

DOAJ045066450